El gobierno estatal de Rusia ha presentado un paquete final de varias leyes anti-amenaza sugeridas por la diputada Irina Yarovaya y el senador Viktor Ozerov.
Las leyes fueron aprobadas casi por unanimidad en LA CAMARA DE REPRESENTANTES, la cámara baja, y en el Consejo de la Federación, la cámara alta.
Ahora le corresponde al presidente Vladimir Putin el firmar o no las leyes.
El proyecto de ley modifica docenas de leyes existentes que podrían tener graves consecuencias para las personas que viven en Rusia. Se expanden ampliamente los poderes del Estado, con un endurecimiento del control sobre los ciudadanos y una limitación de los derechos civiles garantizados por la Constitución de Rusia.
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Las autoridades de Rusia tendran la facultad de acceder a todas las conversaciones telefónicas y correos electrónicos que atraviesen las líneas de telecomunicaciones de Rusia.
Esta norma ha sido denominada como “la legislación más dura y más represiva de la historia post-soviética que ha sido votada en Rusia”.
Entre otras restricciones, “la legislación de Yarovaya” aumenta las presiones en aspectos religiosos, redefiniendo de forma amplia la “labor misionera”, por lo que cualquier predicación religiosa o acto religioso realizado fuera de un lugar de culto pasa a ser tratado como actividad misionera.
Todo creyente misionero o nacional debe obtener un permiso del gobierno mediante una organización religiosa registrada para poder desarrollar alguna actividad pública, y no se podrá evangelizar en ningún lugar que no sea en iglesias y otros lugares religiosos.
Las restricciones se aplican incluso a la actividad en residencias privadas y en Internet.
Así, un pastor o evangelista que solo pretenda visitar a un enfermo, o oficiar un entierro, tendrá que presentar una solicitud de permiso a las autoridades estatales.
La ley establece multas de hasta 780 dólares para individuos y de 15.500 dólares para las organizaciones. Los extranjeros que violen la ley se exponen a la expulsión del país.
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“La mayoría de los líderes evangélicos de siete denominaciones han expresado su preocupación”, dijo Sergey Rakhuba, presidente de la Misión de Eurasia y ex fundador de iglesias de Moscú, a Christianity Today. “Estamos haciendo un llamado a la comunidad cristiana mundial a orar para que Putin pueda intervenir y Dios puede obrar milagrosamente en este proceso”, agregó.
Sergei Ryakhovsky, portavoz de las Iglesias protestantes de Rusia, junto a otros líderes evangélicos, han escrito una carta a Putin, quejándose de que “la ley de Yarovaya viola los derechos humanos y las libertades fundamentales con respecto a la libertad religiosa”.
“La obligación de que cada creyente tenga un permiso especial para difundir sus creencias, así como repartir literatura y material religioso fuera de los lugares de culto y las estructuras utilizadas no sólo son absurdas y ofensivas, sino que también crean una base para la persecución masiva de los creyentes que violen estas disposiciones”, dice la carta.
“La historia soviética -continúa la misiva- nos muestra cómo muchas personas de diferentes religiones han sido perseguidas por la difusión de la Palabra de Dios. Esta ley nos lleva de vuelta a un pasado vergonzoso”.
La epístola finaliza con un llamado directo a la cabeza del Kremlin (la casa de Gobierno ruso): “Vladimir [Putin], en nombre de miles de protestantes evangélicos, le pedimos que no permita que se adopte esta ley represiva e inconstitucional”.
Mientras que los evangélicos de Rusia oran para que las leyes propuestas sean modificadas o vetadas, reconocen que han estado en la clandestinidad antes, y que van a estar dispuestos a hacerlo de nuevo: “Si se llega a aprobar, no vamos a dejar de adorar y compartir nuestra fe . La Gran Comisión no es sólo para tiempos de libertad”, afirmó Rakhuba.