Después de un impactante divorcio que puso fin a su matrimonio de 32 años con Guillermo Maldonado, Dios llamó a la profeta Ana de Maldonado a una nueva misión en Miami, Estados Unidos. Siguiendo su llamado divino, Ana ha establecido su propia congregación en el salón de un hotel y la ha nombrado ‘Tabernáculo de su Presencia a las Naciones’.
Desde su divorcio, Ana ha asumido el liderazgo de esta iglesia y ha compartido poderosos sermones con su congregación. Uno de los mensajes que ha captado mayor atención es su enseñanza sobre los diezmos, que ella describe como “los impuestos del cielo”. Este concepto ha generado debates y discusiones entre sus seguidores y críticos por igual.
En los videos que circulan en las redes sociales, Ana se arrodilla ante la congregación y declara: “Debemos entregar nuestros diezmos, porque son los impuestos del cielo”. Además, enfatiza su compromiso de llevar dinero al cielo, citando la Biblia como su fuente de inspiración y guía espiritual.
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Ana también comparte una experiencia en la que, según afirma, el Señor le pidió una ofrenda especial como parte de su misión. “El Señor me habló en un sueño y me dijo que debía dar 25 mil dólares para el bienestar de las almas”, relata. “En ese momento, me pregunté de dónde sacaría esa suma, pero confié en Dios y Él proveyó”.
Estas enseñanzas de Ana de Maldonado sobre los diezmos y las ofrendas, basadas en su profunda fe y creencia en la Biblia, continúan generando interés y discusión en su comunidad. Su dedicación a seguir el llamado divino y su compromiso con estas enseñanzas son aspectos centrales de su nuevo ministerio en ‘Tabernáculo de su Presencia a las Naciones’.
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