Evidentemente una de las grandes crisis de la iglesia se están viviendo en la actualidad debido a una enorme carencia de principios fundamentales que debe llevar a cabo la familia cristiana. En este caso El hijo del apóstol Maldonado y de la profetisa Ana Maldonado ha hecho público que en los últimos días tomó la decisión de divorciarse de su esposa con quién contrajo nupcias hace nada más y nada menos que un año atrás.
Ante esta situación tan compleja nos deja en claro que la institución de la familia no fue un foco principal en el matrimonio de los multimillonarios Apóstoles de la prosperidad Maldonado.
Bien sabemos que las escrituras nos enseñan a conocer los frutos de cada uno de los cristianos por lo tanto si observamos los frutos del matrimonio principal del rey Jesús y este a de finalizado el divorcio, y a su vez observamos que su hijo toma la misma determinación como ejemplo y decide divorciarse, la Biblia nos está demostrando que estos hombres disfrazados decir de Dios no son más que lobos rapaces y falsos profetas.
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Lo peor de todo es que este joven anuncia su divorcio luego de 7 meses de haber legalizado dicha separación. Evidentemente este hombre no puede Predicar el evangelio bajo ningún punto de vista ya que ha faltado a la palabra de Dios y ha dejado de lado su esposa sin intentar reconciliar o solucionar problemáticas relacionadas a su intimidad.
El mal ejemplo que están dando a la iglesia promueve en si un libertinaje hacia el divorcio y tal permisibilidad y liviandad generará un impacto negativo en las iglesias evangélicas latinoamericanas, que pondrán en jaque muchos matrimonios, ya que tendrán malos ejemplos para tomar las decisiones.
Hay que recordar que el Matrimonio de los Maldonado fue un escándalo y se encuentran en un dilema judicial donde hay millones de dólares que repartir entre los negociantes del Evangelio.
Marcos 10:11-12 dice: y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.
El matrimonio es sagrado delante de DIOS, en un divorcio no hay ningún ganador.