El supuesto divorcio de Guillermo y Ana Maldonado solo evidencia una cosa: que Dios no se ha estado revelando en su “ministerio”, sino que tampoco en su matrimonio.
El matrimonio que termina en un divorcio injustificado examina la intimidad de la pareja y demuestra que nunca fue una unión creada o aprobada por Dios. Porque lo que Dios une, lo une para siempre, no para un breve momento, o para que el hombre a voluntad de un tiempo le ponga punto final.
El matrimonio más que “una linda historia de amor” es un llamado de Dios para reflejar Su gloria y el compromiso de Cristo con su Iglesia.
El matrimonio es digno, santo y permanente. El divorcio injustificado es indigno, vergonzoso
La Noticia ha tomado notoriedad luego que el Evangelista Miguel Sanchez Avila quien en su cuenta oficial entregó su opinión, al respecto: Terminando la pandemia, un divorcio de cobertura “sobrenatural”. Y en la mira, la iglesia para la división de bienes por parte de la “Profeta” vs. el señor “Apóstol” al cual la señora “profetiza” le “declaró” y “decretó” la demanda para divorciarse.
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La Biblia dice: Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 1 Corintios 7:10-13
El Reconocido pastor Will Graham tambien dio su opinion al respecto en sus redes sociales, de manera ironica por supuesto, dando a entender que la profeta no pudo darse cuenta de su propio destino.