Hoy amaneci con un terrible dolor de cabeza por migraña, así que inmediatamente después de la iglesia, llegué a casa y me fui a la cama. Me quedé dormida y había estado durmiendo por un tiempo cuando me despertó una voz audible en mi habitación que me hablaba. Estaba al lado de mi oreja derecha, fuera de mi cabeza; no dentro de mi cabeza y dijo las palabras, “Apocalipsis 6:11” muy claramente.
Me senté y miré alrededor de mi habitación, pero no había nadie allí. Me recosté y pensé en lo que acababa de pasar. Entendí que había escuchado la voz audible de Dios.
Interpretación:
tomé una de mis Biblias de mi mesa de noche y busqué ese versículo y los dos versículos anteriores, para poder entender mejor lo que Dios me estaba diciendo. Los versos 9, 10 y 11 dicen:
– Ad –
“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.
Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” Apocalipsis 6:9-11
Creo que Dios estaba diciendo que pasará un poco más de tiempo antes de que Su juicio completo llegue a la tierra y que el número en Su Hogar aún no se haya cumplido. Cuando miré el punto en Apocalipsis, Dios eligió hablarme, vi que los primeros 5 sellos ya habían sido abiertos. Creo que Dios está diciendo que Yeshua ya ha abierto estos cinco sellos. Un curso de eventos de esa acción ya comenzó en la tierra. No puedo pensar en otra explicación.
– Ad –
Este será el comienzo de una gran persecución para los creyentes. Sin embargo, al mismo tiempo, entiendo que habrá un “despertar” de aquellos que han dormido y encontrarán el camino hacia Cristo. Estos no temerán ser ejecutados por hablar y enseñar la Palabra de Dios. Creo que el tiempo está cerca ahora.
La escritura muestra que cuando Dios habla audiblemente a un ser humano, Él trasciende Su espacio y entra en el nuestro y habla; Su acción generalmente no está muy atrás.