El movimiento de los Santos de los Últimos Días es una denominación conformada por un grupo de iglesias cristianas escindidas a partir de la llamada Iglesia de Cristo, fundada por el estadounidense Joseph Smith en 1830.
La base de su doctrina la constituyen la Biblia, el Libro de Mormón, la recopilación denominada Doctrina y convenios y la Perla de gran precio, si bien esta última obra es rechazada por la Iglesia Remanente de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.[cita requerida]
Al movimiento se lo conoce informalmente como mormonismo, y a sus miembros como «mormones», si bien ellos mismos prefieren autodenominarse «santos de los últimos días».
Las principales iglesias del movimiento son La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Comunidad de Cristo, y las Iglesias de Cristo de Bickertonita y Terreno del Templo.
Estas iglesias se caracterizan por practicar o haber practicado ciertas doctrinas particulares ajenas a las demás denominaciones cristianas, tales como la poligamia, el matrimonio eterno, el bautismo de los muertos y la llamada «doctrina negra
Unos jóvenes cristianos evangélicos, le preguntaron a unos mormones en la calle si podían explicarle la interpretación del contexto en Galatas 1:8.
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La charla empezó cuando los evangélicos le preguntaron si leen lo que dice Galatas 1:8, Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Ya que el fundador de los mormones llamado Joseph Smith, cambio el evangelio enseñándolo a su conveniencia e intereses personales. Los mormones respondieron, la iglesia de Cristo se murió y quedamos solos, Dios va llamar profetas como en el tiempo de antes, incluso apóstoles, Mateo 7 también indica acerca de los profetas, sobre los lobos rapaces,” comentaron.
Ciertamente la iglesia de Cristo no esta muerta como afirman los mormones, Cristo dijo: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
“Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.
Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: !!Bienvenido!Porque el que le dice: !!Bienvenido! participa en sus malas obras.” 2 Juan 1:9-11
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