Algunos jóvenes cristianos, realizaron un experimento en la calle, y le preguntaban a varias personas ¿Quien era Jesús?, las reacciones fueron diversas con conceptos diferidos. Distintas personas decían que era un gran profeta otros afirmaban que es el hijo de Dios, otros decían que era el Salvador.
Una de las personas entrevistadas era del grupo “Testigos de Jehova”, los jóvenes le preguntaron lo siguiente, ¿Para ti quien es Jesús?, y la persona respondió: “Bueno si vamos a las escrituras, ellas afirman que En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, el joven pregunta, ¿la palabra ahí se refiere a Cristo, no?, el chico dijo: si de Jesús, siguió explicando, que el verso describe a Cristo con “d” minúscula y a Dios con “D” mayúscula, entonces debemos preguntarnos si en verdad el es Dios, es decir, no era alguien superior sino inferior, esto nos muestra que es un “dios falso”, osea que la gente afirma que hay “dos dioses”, cuando no es así. El joven cristiano le responde: la palabra dice en Juan 14:9 ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?. “Entonces Tomás respondió y le dijo: !!Señor mío, y Dios mío!” esto demuestra que Cristo es Dios mismo!” tras esto los jóvenes Testigos de Jehova, salieron huyendo, al no poder refutar el versículo.
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La Biblia muestra que Jesucristo y Dios son uno solo: “Yo y el Padre uno somos. Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.” Juan 10:30-33.
“Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” Juan 6:64-69.
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